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Dolores físicos y el malestar emocional

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Todo el mundo pasa por momentos buenos y malos, pero si tienes dolores físicos es posible que te digan el malestar emocional que padeces.

La vida no es fácil. Todo el mundo pasa por buenos y malos momentos, en los que sentimos tristeza, estrés, ansiedad o rabia. Estos si se prolongan en el tiempo pueden influir directamente en la salud física de quien las padece y convertirse en una enfermedad.

El dolor físico o la enfermedad aparecen en muchas ocasiones para avisar a la persona de que aún quedan problemas psicológicos que solucionar. Cada parte del cuerpo suele indicar un trastorno emocional distinto.

Cabeza

Si sientes migrañas o un dolor de cabeza punzante lo más probable es que estés sufriendo de estrés el cual puede ser controlado con el uso de unos buenos analgésicos que se adquieren en una farmacia en línea de una manera más fácil y rápida.

El día a día lleva consigo pequeñas dificultades que van surgiendo, y no afrontarlas con calma y optimismo puede desembocar en un trastorno físico en la zona de la cabeza. Intenta tomar las cosas con tranquilidad y regalarte al menos unas horas de descanso para relajarte y meditar.

Cuello

Cuando sientes dolor en la zona del cuello significa que te sientes culpable por algo y que te estás juzgando a ti misma con demasiada dureza.

Intenta recordar todas las cosas buenas que has hecho y si sientes que deberías disculparte con alguien es el mejor momento para hacerlo.

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Hombros

Llevar demasiado peso sobre los hombros’ se traduce aquí como el dolor en los hombros que surge cuando sentimos que tenemos que hacer demasiadas cosas.

Si nos encargamos de hacerlo todo por nosotros mismos en vez de delegar o dejarnos ayudar por aquellos que nos quieren es muy probable que terminemos con esa zona muy dolorida.

Espalda

El dolor en la parte superior de la espalda está relacionado con la necesidad de sentirse amado. La soledad o la ruptura de una relación pueden provocar molestias en esta parte del cuerpo.

En lo que se refiere a la parte inferior, es posible que los problemas de dinero lo causen: significan que necesitas seguridad económica.

Codos

Si sientes dolor en los hombros es posible que sea porque te sientes estancada en tu vida. La rutina se ha apoderado de ti y sientes que nada avanza. Introduce pequeños cambios en tu día a día y prueba cosas nuevas.

Manos

Las molestias en las manos tienen su traducción en el trastorno emocional referente a la incapacidad de conectar con otra gente.

Puede ser que seas tímida o que te cueste comunicarte con los demás pero pasito a pasito puedes intentar conocer a nuevos amigos o entablar conversación con compañeros de trabajo.

Caderas

El entumecimiento en las caderas está relacionado con el miedo. Miedo a enfrentar nuestras emociones, miedo a los cambios, miedo a hacer algo nuevo.

La única manera de dejar de tener miedo es confrontarlo y seguir adelante, así que prepárate para hacer aquello que tienes en mente.

Rodillas

Las rodillas y el dolor que sentimos en esa zona se identifica con el ego. Si hemos sido desconsiderados con los demás o nos hemos pasado de egoístas podemos sufrir al caminar, sentarnos o en definitiva, movernos. Es posible que debamos bajar nuestros humos y aprender a ser un poco más humildes.

Pantorrillas

Si sentimos que nos duelen las pantorrillas puede que este malestar se relacione con los celos y el resentimiento. El haber retenido sentimientos negativos durante tanto tiempo puede derivar en el dolor que hemos mencionado. Intenta dejar ir todo ese bagaje emocional que puede hacerte daño.

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Tobillos

Los tobillos están asociados con el placer. El malestar en esa zona puede significar que te estás privando de las cosas que te otorgan más disfrute. Mímate un poco y aprender a satisfacerte dándote un capricho de vez en cuando.

Pies

La depresión es una enfermedad que puede afectar directamente a tus pies. Hablar con un psicólogo sobre tu trastorno emocional puede ayudarte enormemente. En tu rutina intenta encontrar la alegría en las pequeñas cosas; rodéate de cosas que en su normalidad te hacen feliz como tu gente más cercana o una mascota querida.

Si te identificas con el trastorno emocional relacionado con tu enfermedad lo mejor es que busques la ayuda de un experto para poder solucionarlo.

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